Hace unos días hacía una pequeña encuesta en Instagram sobre si queríais que escribiera mis trucos para que la vuelta de vacaciones no me suponga ningún problema especial: Ni síndrome, ni depresión, ni ninguno de esos términos que como escribía el pasado año parecen creados para evitar la reflexión sobre nuestra vida. La respuesta fue afirmativa de forma casi unánime por lo ¡aquí tienes el artículo!
Lo primero de todo para olvidarnos de síndromes post vacacionales, es hacer un análisis de nuestra vida y así localizar si realmente lo que nos agobia es algún problema que hemos dejado aparcado durante las vacaciones para así poder dar con las solución cuanto antes. Sin embargo si lo que nos agobia es el hecho de no poder seguir estando más tiempo de vacaciones, estas son algunas cosas que podemos hacer para mejorar nuestro estado de ánimo:
- ¡A tope de power! Llegar directamente a trabajar no es la mejor opción pero si tienes pocos días de vacaciones puedes preferir llegar de viaje justo para el primer día laboral. Como esto lo vas a saber antes de irte, lo mejor es dejar preparada tu agenda para que los primeros días en el trabajo puedas seguir una lista de tareas y así ser más productiva. Tu mente puede que no esté al 100% con lo que si te has preparado antes lo que harás a la vuelta, solo tienes que ir haciendo e ir tachando tareas. El efecto fluorescente, ver como la lista disminuye, seguramente potenciará tu energía.
- Empieza por hacer las tareas que te resulten más gratificantes, esas que cuando estás concentrada en ellas el tiempo vuela. Deja la parte que menos te gusta si es posible para cuando te hayas aclimatado o si no es posible ponle un horario concreto, por ejemplo en las horas centrales de tu jornada.
- Si tienes posibilidad de moverte hazlo. No pases de estar todo el tiempo al aire libre a estar encerrada 8 horas sentada en una silla. Si puedes ponerte alguna reunión fuera de la oficina, algún papeleo… Buscamos actividades que te alejen de la situación de rutina y que formen parte de tu actividad laboral.
- Alimentación: lleva al trabajo frutos secos, agua, fruta, chocolate para tus temtempiés. Si comes en el trabajo que tus tuppers de la primera semana sean aquellos con los que más disfrutes. La alimentación es una fuente de energía.
- No olvides el ocio a la salida del trabajo. Volver a casa después de vacaciones implica tener que llenar el frigo, poner lavadoras etc. pero igual no hace falta que lo hagas todo los primeros días ¿se va a morir alguien porque la ropa sucia esté unos días más en el cubo? Disponer de ocio diario redundará en una mayor satisfacción personal y por tanto estaremos mas contentas dentro y fuera del trabajo. Al haber menos contraste, días de vacaciones: todo diversión. Vuelta al trabajo: todo obligaciones. La vuelta no será traumática.
- Reparte tareas de casa: en días y entre los miembros de la familia. No te cargues de más responsabilidades.
- Acepta tus sensaciones y/o sentimientos, no hay porqué estar siempre feliz, si pierdes la presión de estar permanentemente en la parte alta de la ola quizás vuelvas ahí sin ningún esfuerzo. Y sobre todo siendo conscientes de ese «no se qué» que nos pasa es únicamente el cambio de hábitos en menos que te des cuenta todo volverá a la normalidad. La actitud es la clave.
- Si después de poner en práctica estos pequeños trucos te embarga igualmente la tristeza, o la desazón, piensa que las cosas empiezan y terminan con lo que pronto volverás a acostumbrarte a la rutina y esa sensación de desconcierto por la vuelta pronto llegará a su fin.
Resumiendo: análisis, conocimiento de nosotras mismas, organización, aceptación, pensamiento lógico y superación. Estos son mis trucos desde que trabajo por cuenta ajena, si te fijas tampoco son muy diferentes de cuando era autónoma únicamente en lo que se refiere a la gestión de horarios y en rendir cuentas -claro- Aunque desde mi punto de vista no hay jefe más duro que la hipoteca del banco -jajaja- ¡Feliz lunes!