Con motivo del día de la mujer es imposible no pararse un momento a reflexionar sobre dónde estamos, cuánto hemos avanzado, qué podemos hacer a nivel personal y colectivo. En mi caso soy mas consciente que nunca de las desigualdades, de lo que hemos avanzado y de lo que aún nos falta. Sin embargo trato de no desgastarme en conversaciones estériles que sirven para poca cosa. Si hago memoria del último año, solo he entrado a debatir sobre feminismo una sola vez el pasado verano y después de muchos envites.
Cada vez que lo hago me asombran los argumentos de quien no se declara ni feminista ni machista, o incluso de quien declarándose feminista le falta como poco, poso y profundidad en sus análisis. Así he llegado a escuchar que los agresores sexuales son enfermos quitándoles todo rastro de responsabilidad sobre sus actos. O a la que se calló de un guindo, cundo sus amigas la convencieron de que por cumplir 40 o 50 (no tengo claro cual era la edad fatídica) no debía de abandonar la escena pública voluntariamente a favor de alguien más joven y lozana. Mujeres cultas que aún no han llegado a comprender que esta sociedad ha conseguido convencernos (a algunas) de que las victimas de una situación de desigualdad son las responsables de ella. No en vano las campañas de concienciación contra la violencia de género y agresiones promovidas por instituciones en los medios (que es lo que más se trabaja sobre machismo), siguen incidiendo en este concepto erróneo.
No, las mujeres no abandona la escena pública por voluntad propia y por tanto no tienes que hacerlo. Si el machismo gana al buen hacer, simplemente un día dejarán de llamarte a pesar de tu experiencia a favor de una mujer más joven o un hombre a quien la edad le hace más interesante (ironía)
No, los agresores no agreden por enfermedad (como norma general), agreden por la misma razón que un niño pisa una hormiga. Justo este lunes al llevar a mis hijas al cole escuchaba por accidente una conversación que me dejó pensativa un buen rato. Te pongo en situación. Grupo de 2 mujeres y un hombre (madres y padres de niñas/os en edad infantil/primaria) la primera frase que se me cuela en el oído es:
Una de las dos mujeres: «Hombre, es que ahora no se puede fumar, antes cuando se podía fumar encendías un cigarro y ya te hacías hueco con los babosos, moviendo el cigarro te hacías con tu espacio»
Respuesta del hombre: «Bueno, eso del cigarro te valía porque no diste con alguien como yo, a mi no me apartabas tan fácilmente con un cigarro»
La frase de esta mujer es asumir que salir a divertirte con tus amigas a un entorno de ocio nocturno tiene el riesgo real de que te toquetearan sin tu permiso. En la época en la que se podía fumar, el cigarro encendido era una suerte de espada laser para quitarse a agresores de encima. Hoy en día a que te toquen sin tu permiso, le llamamos agresión, en la época en la que se fumaba en los bares eran técnicas de ligue. Pero es que la respuesta de este hombre suena claramente a que no tiene conciencia de que se está autodenominando agresor sexual. Si el quiere tocarte, ni aunque le quemes con un cigarro se aparta. Lo que te decía arriba, como los niños con las hormigas.
Como el machismo de nuestra sociedad es estructural nadie se libra de caer en trampas más o menos claras o sutiles. ¿Qué me dices del tema de la cirugía estética? «La mejor versión de ti» » Disfruta de tu edad, siéntete una mujer segura» son eslóganes muy habituales en el mundo de la estética. No tengo nada en contra de la cirugía estética, sin embargo me rechinan este tipo de mensajes y la supuesta libertad que tenemos las mujeres de occidente en cuanto a nuestro físico. Me suena demasiado a la libertad de las musulmanas en el uso del velo islámico. Unas y otras lo hacemos porque nosotras queremos ¿seguro? Si la libertad está condicionada no se si puede llamar libertad.
Y que me dices del feminismo y la prostitución. Si he entendido bien la última charla a la que asistí, las feministas que defienden la prostitución como un trabajo, parece que lo hacen porque quieren asumir que las mujeres somos personas libres con capacidad de consentir o no consentir. Y prohibiendo la prostitución están tratándonos como a menores. Para mi el argumento es delirante, precisamente porque la libertad condicionada en este caso por la miseria, las adicciones etc. no es libertad y por tanto no otorga consentimiento verdadero. Es como cuando en una agresión sexual un juez supone que si no hay moratones hay consentimiento. Para mi la prostitución es un reflejo más del machismo, un ejemplo de hasta que extremo impacta la cosificación de las mujeres.
Y que me dices del feminismo y la maternidad. La capacidad que tenemos las mujeres de gestar y parir no se pone en valor aún en nuestra sociedad. El feminismo enfoca la maternidad como un freno a nuestras oportunidades laborales y con las reglas del juego que tenemos, lo es. Se ha llegado a la conclusión que ser madre no es obligatorio y puedes decidir no serlo. Pero para las que decidan ser madres nadie parece querer plantear si el problema para nosotras es la maternidad o el problema real son las reglas del juego androcéntricas por las que nos regimos. Como políticos/as tienden a pensar en periodos de 4 años, las reformas estructurales que necesita este tema, nunca llegan. La baja por maternidad/paternidad ahora se reparte en pos de no sufrir discriminación. Y está planteado como un avance para nuestras carreras profesionales, sin embargo quién lleva el peso de gestar, parir y amamantar somos nosotras. Algo falla.
¿Y el feminismo y la conciliación laboral? Hace años una conocida empresa asturiana comunicaba tan contenta que tenía medidas de conciliación laboral para sus trabajadorAs. Ya por aquel entonces me asombraba eso de que la conciliación laboral se planteara solo para nosotras porque supone asumir que el cuidado y tareas de hogar es cosa nuestra per se. Pero es que estos días en los medios, a propósito de las cuotas para puestos de responsabilidad se enfoca en el mismo sentido. Para que las mujeres toquemos poder se deben potenciar las medidas de conciliación laboral ¿Para quiénes exactamente? ¡Feliz día de la mujer! ¡Sigue habiendo mucho trabajo por hacer!