Las personas no somos perfectas, las madres tampoco. Aprovechando que hoy es el día de la madre me apetecía dejar por aquí mis recientes reflexiones sobre la maternidad. La primera frase te puede ayudar si no tienes la relación idílica que esperabas tener con tu madre.

Repite conmigo las personas no somos perfectas, las madres tampoco. Puede que te hubiera gustado tener otro tipo de relación con tu madre. Que cada vez que vuelves a casa sientas que es pasar la puerta y te cae encima interpretar el papel de hija que se repartió en tu casa hace décadas… La relación madre e hija es una relación que se construye día a día y que además, como todas las relaciones en la vida es de ida y vuelta. Así que no sufras, no idealices. Asume y sigue caminando. Quiérela por lo que es pero no le pidas lo que no puede darte. Las expectativas son muy traicioneras.

La maternidad puede que no signifique lo mismo para ti que para tu madre y muy probablemente por ahí surjan los diferentes problemas de comunicación y de relación. Sin olvidar tampoco la distancia generacional y la propia capacidad de las personas. Si la maternidad fue o no elegida y un largo etc. Tu madre aunque te quiera puede no tener capacidad para seguirte o comprenderte. Puede que le gustara tener una hija que acepte sus consejos en lugar de rebatir todas y cada una de sus opiniones. Hazte un favor recuerda la frase «Las personas no somos perfectas, las madres tampoco» y sigue caminando. Porque quedarte ahí enquistada ni te ayuda a ti, ni ayuda a tu madre. Ni a vuestra relación. 

Si un día decides ser madre hazlo de forma consciente para que no te veas un día haciendo aquello de lo que tanto te quejas. 

Como en la mayor parte de facetas de mi vida, he abordado mi maternidad de forma consciente. Y he llegado a la conclusión que para mi ser madre significa acompañar, respetar, guiar, permitir errar, permitirte como madre no tener todas las respuestas, o pretender tener siempre la razón, por el simple hecho de ser mayor, haber vivido más o la excusa que cada una se ponga. Para mi ser madre también significa dejar volar. Comprender qué es importante y qué no lo es. Que tus hijas/os sientan que te tienen y que siempre vas a estar para ellas, que son personas importantes para ti. 

Ser madre no me ha dado sabiduría absoluta, mis hijas/o no son míos, no tienen que hacer las cosas como yo. Tienen derecho a tomar decisiones, a acertar y a equivocarse en un montón de situaciones y desde pequeños porque la libertad se practica. Y ser libres para mi no es más que ser capaces a decidir y vivir de acuerdo a nuestros valores.

Hay cuestiones que en mi maternidad no son negociables porque considero que les ayudan a crecer y formase como personas. Como entender cuanto primero mejor que las obligaciones son parte de la vida y no deberían suponer un trastorno excesivo (estudiar, participar de las tareas en casa…) Que la opinión que más debe importar en su vida es la suya. Que la gente puede herirles (queriendo o sin querer) pero la importancia que les den a palabras que no salen de su cabeza depende de ellos. 

Que solo tienen un cuerpo y por eso tienen que cuidarlo y quererlo porque con él van a pasar el resto de tu vida. Que tienen que hablarse con respeto y cariño, ser indulgentes consigo mismos como lo son con los demás (y al revés) Que vivir la vida de forma responsable y consecuente con sus principios no va a ser fácil porque entre otras cosas ahí no hay nadie a quien echar culpas, cuando las cosas no salgan bien y no siempre salen bien. Sin embargo es muy satisfactorio. 

Feliz día de la madre a todas las madres, y en especial a la mía. 

 

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Required fields are marked *