Desde luego el tiempo es una de las cosas más relativas que existen. Parece que hay personas que tienen la facilidad de que el tiempo se les escurra entre los dedos. Puede que seas una de esas personas o puede que no. Tengo que reconocer que yo nunca he sido de esas personas. Lo de «no tengo tiempo» siempre me ha parecido una excusa para evitar hacer cosas que en realidad no nos apetece hacer. Recuerdo cuando aún no era madre como amigas repetían eso de «no me da la vida»» no tengo tiempo» y con confianza les solía decir: «Si te tocara la lotería ¿Tendrías tiempo para ir a recoger el premio?» Han pasado los años y con tres peques a cargo cuando una veinteañera me dice eso de «no tengo tiempo»»no me da la vida» simplemente sonrío y pienso «espera a tener una familia». Si formas parte de ese colectivo un consejo útil: organízate y relájate. «Vísteme despacio que tengo prisa» que decía mi abuela.
Y es que todas sabemos que el tiempo es relativo, ahí no hay discusión. El tiempo en la consulta de mi dentista o ginecóloga me resulta eterno. Ese momento hasta que llega mi turno me resulta tan agobiante. El tiempo mientras escribo me pasa a toda velocidad, cuando me siento delante del ordenador mi marido suele preguntarme «¿para cuánto tienes? ¿cuánto te queda?» Y los 5 minutos que le respondo suelen ser en realidad al menos una hora.
El tiempo en vacaciones lo mismo. Los primeros días aún, pero según avanzan es una locura. De hecho una de esas partes de adulta a las que me ha costado acostumbrarme es tener solo 2 o 3 semanas de vacaciones en verano. 23 años acostumbrada a pasarme prácticamente 3 meses haciendo lo que me daba la gana ha sido (y sigue siendo) difícil de dejar atrás.
El tiempo que paso con mis hijas e hijo siempre me sabe a poco. El tiempo que consigo dedicarme a mi misma, a día de hoy prácticamente inexistente. Y ya si me paro a pensar en la cantidad de tiempo que llevo en este mundo. ¡43 años nada menos! Con sus meses, semanas, días, horas y minutos, no puedo evitar preguntarme si he utilizado y si estoy gestionando bien este tiempo. Porque las personas somos finitas y no me gustaría que un final repentino o un echar la vista atrás si llego a viejecita me haga arrepentirme de mi gestión del tiempo. Toca ser cuidadosas y consecuentes con nuestro propio tiempo y con el de los demás ¡Feliz lunes!