Cuando por fin consigues algo que querías desde hace mucho tiempo creo que es una obligación disfrutar de ello al máximo. Afortunadamente yo soy de esas personas que disfruta de sus pequeños logros y no se pone inmediatamente a pensar en lo siguiente. A mi esa forma de ser me resulta agotadora.  

No te imaginas las ganas que tenía de salir de mi piso anterior, como en todas las malas experiencias he aprendido mucho pero no estoy segura de que las cosas que he aprendido sean necesariamente buenas. He aprendido mucho sobre un tipo de sociedad que llora o se indigna con tragedias que ven por televisión, pero no son capaces de comprender que con sus acciones están creando situaciones realmente dramáticas.

El edificio en el que yo vivía es un buen ejemplo de lo que la sociedad civil y los políticos de la isla están consiguiendo con su incapacidad y su pasotismo. Yo vivía en un edificio en una calle céntrica de Ibiza, una de esas en la que los vecinos más antiguos te cuentan que vivieron tiempos de esplendor. Uno de tantos en los que la ambición y la usura de la mayor parte de los propietarios que lo tienen como ¿segunda residencia? han destrozado año tras año.

Y no hablo de espacios comunes avejentados, ni de bombonas de butano en pleno 2019. Sinceramente, no suponía que los coches en la actualidad pudieran volar, pero suponía que la bombona de butano no sería un elemento necesario en el mundo desarrollado, en ese de la inteligencia artificial. Estoy hablando de generar pobreza con la ambición desmedida de los propietarios de pisos a quien nadie pone límites.

Una pobreza de personas con trabajo que hace que dos familias extranjeras con niños deban compartir una vivienda de 80 metros cuadrados. Esto acarrea ruidos, broncas y juergas varias a la pareja ibicenca que vive en frente con dos pequeñas de menos de 3 años, cuando la otra familia -supongo que por desconectar de una vida tan exigente como injusta- se lanza al reguetón o las broncas hasta altas horas de la noche. La propietaria de esta vivienda es responsable directa de esta situación. Puedo imaginar cual será el importe del alquiler para que dos familias con trabajo tengan que compartir una vivienda pero, todo el mundo lo hace ¿por qué un antiguo cargo público no iba hacerlo? Fíjate que quizás y solo quizás, las cosas en materia social en Ibiza están así precisamente por eso.

Sigo contándote más cosas que he aprendido, he aprendido algo que en realidad ya sabía: que los hombres que consumen prostitución son  seres asquerosos y despreciables. Y no solo porque con sus actos tratan a personas como cosas que pueden ser usadas, personas convertidas en esclavas. Sino porque gracias a haber soportado un prostíbulo de temporada demasiado cerca, he comprendido ese concepto que oyes aquí y allá: «empotrar». No quiero ponerme soez, ni demasiado descriptiva, solo te diré que eso que practican los puteros no es sexo. Eso que yo he escuchado en demasiadas ocasiones, es infringir dolor a otra persona porque puedes, porque pagas, me da igual con que parte de su cuerpo lo hagan. Por supuesto en el saber popular todo el mundo conoce a una puta que trabaja de puta porque era su vocación desde la más tierna infancia, creo que ven demasiadas películas. ¿Y quién es el responsable de que en un edificio haya un piso en el que haya prostitución? ¡Su dueño! Ese que alquiló la vivienda y al que mientras paguen le da exactamente igual lo que sufra sus antiguos vecinos.

Alquileres sin control que traen consigo otro problema: los okupas. Delincuentes que parecen perfectamente organizados y que han sido la última guinda de este edificio del centro que desde luego ha vivido tiempos mejores. Tiene pinta de que cualquier día va a saltar por los aires llevándose por delante vecinos de bien que llevan en él toda la vida y que no me queda claro si llegan a comprender que lo que están padeciendo es responsabilidad directa de sus antiguos vecinos. Pero, ¿hasta dónde llega la desvergüenza de los propietarios del lugar, cuando son los propios ibicencos quienes te previenen? «Aquí nadie devuelve las fianzas, no devuelvas las llaves hasta que no te entreguen el dinero, que luego se inventan desperfectos para no pagar» Te aseguro que hay que ponerse muy firme pero lo de las llaves funciona. 

Pongamos la tele y lloremos todos juntos por problemas de pobreza ajenos, mientras tanto sigamos generando problemas a nuestros vecinos, familiares y amigos (de las futuras generaciones ya ni hablamos) y ten la conciencia muy tranquila que todo el mundo lo hace y sino lo hace es porque no puede ¿Qué te importarán a ti los desconocidos, ¿acaso salen por la tele? ¡Buah! cada uno se jode cuando le toca. Clamemos contra el capitalismo y contra los fachas que yo propietario de x viviendas estoy actuando acorde a la ley.

Si eres política/o tranquila/o no tienes la responsabilidad de solucionarlo, la ciudadanía no te vota para solucionar los problemas de la gente, si en realidad no depende de ti, siempre depende de otro. Ya ves varias elecciones a nuestras espaldas, problemas tan graves de vivienda, falta de trabajo, competitividad y los abanderados de la izquierda siguen sin formar gobierno ¿para qué? 

Bueno y si eres periodista tampoco te sonrojes, este tema no le interesa a nadie en Ibiza, esto solo lo sufren cuatro temporeros ¿Cómo vas a hacer que sea portada día si y día también para presionar a los políticos y educar a la población? Eso supondría pensar que los medios de comunicación tienen vocación de servicio público y quedan pocos ingenuos que no sepan que viven de la publicidad y las subvenciones y estas no llegan si eres una mosca cojonera.

Si has llegado hasta aquí te felicito jajaja -me ha quedado algo largo-  Sin embargo no te hagas una idea equivocada, yo adoro Ibiza,  para mi es una tierra hermosa, multicultural, con un clima y unos paisajes que me vuelven loca. Eso no quita para comparta otra de las cosas que he aprendido en estos años, que Ibiza tiene graves problemas habitacionales que no se solucionan porque los que los pueden solucionar, no les da la gana. 

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3 comentarios

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Madre mía Patricia, sin duda una experiencia para olvidar, aunque si algo te ha dejado es el aprendizaje, el llegar a conocer la profundidad de las miserias que se pueden producir cuando la gestión urbanística y habitacional es injusta o simplemente inexistente. Disfruta muchísimo de tu nuevo hogar y del verano en ese paraíso! Un abrazo grande.

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Gracias Catalina, efectivamente ahora que lo he dejado atrás me sentía en la obligación de compartirlo por la gente que lo sigue sufriendo.

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Pues estas cosas también hay que comentarlas y escribir sobre ellas. Es una vergüenza que la gente juegue con la vida y el descanso (por decir un par de cosas) de los demás.

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