Hará unas 7 horas presencié junto con mi marido una escena tremenda. Una madre buscaba a su hijo de 2 años y preguntaba a quienes pasábamos a su lado si lo habíamos visto. Niño, pelo rubio y camiseta marrón. Estaba en el parque frente al hostal el parque (en Ibiza) y de pronto no lo encontraba.
Impactada ante la idea de que algo así me hubiera podido ocurrir a mi cuando mis hijas tenían esa edad, eché a andar repitiendo en mi cabeza la descripción. Mi marido salió en otra dirección y otras personas que pasaban por allí lo mismo.
Iba fijándome en el interior de los locales y bajo las mesas de las terrazas, di la vuelta a la calle y llegué a la esquina que da a Vara del Rey. A lo lejos vi a un niño pequeño rodeado de quienes bien podrían ser sus padres y sus abuelos, pero era la misma descripción: pequeño, rubio y con camiseta marrón.
Así que impulsivamente les pregunté si ese niño era de su familia y el más joven me dijo que no. Les comenté que la madre lo estaba buscando y dónde estaba. El hombre mayor me dijo que habían llamado a la policía y le contesté que entonces «iba a llamar a mi marido para que avisara la madre, de donde estaba el niño y pudiera venir».
Apenas pasaron unos minutos (desconozco cuanto tiempo llevaban ahí con el niño, cuanto tiempo llevaba la madre buscándolo) y apareció una pareja de policías. Yo estaba tan impactada que no se decir si eran locales o nacionales. El caso es que al verlos, tras la explicación del hombre mayor al policía mayor, le dije al policía «que había avisado a mi marido para que avisara a la madre que estaba en la zona del parque y pudiera venir con el niño» y el policía sin dirigirse a mi le dijo al hombre mayor «¿y esta qué pinta?» La verdad es que me quedé atónita, en ese momento llegó mi marido y dijo que la madre estaba avisada y en camino. Así que nos fuimos, ya no hacíamos nada allí.
Al alejarnos tenía una sensación rara, feliz por haber contribuido a encontrar al niño pero algo resonaba dentro. Algo no encajaba. Le conté a mi marido el trato del policía y me dijo «olvídalo, lo importante es que has localizado al niño y hemos podido ayudarles. No me quiero imaginar que nos pasara a nosotros, le contesté» Son casi las 2 de la mañana y no puedo dormir. Me he levantado a escribir el relato para compartirlo en el blog y sacarlo de mi cabeza, ahora, que he logrado comprender lo que me dejó tal mal sabor.
Me siento indigna esa forma despectiva de tratarme en mis narices «¿y esta qué pinta?» ¿Alguien piensa que esas son formas de que un policía se dirija a una persona? Además dudo si esto es o no es un micromachismo. Trato de aplicar la regla de la inversión, de plantear si esa forma despectiva de tratarme la hubiera dirigido a mi marido si hubiera sido él quién hubiera echado andar en esta dirección. Y aunque siento que el policía no lo hubiera hecho, tampoco llego a una conclusión definitiva.
Puedes pensar que tengo la piel muy fina si esto me parece destacable, que es «solo» mala educación, «quizás el buen hombre ha tenido un día largo»… Mi opinión es que sea esto o no micromachismo, por muchas formaciones de sensibilización que se les haga a la policía, mientras no lleven dentro que deben tratar con respeto y educación a las personas, independientemente de su género, no hay nada que hacer. No me quiero imaginar qué palabras bonitas le habrá dicho ese policía a la madre del niño. Espero que encima del disgusto de la mujer, al menos recibiera un trato digno por parte de ese, que seguro se hace llamar servidor público.
5 comentarios
Ana
No le des más vueltas ni busques explicación, podría tener mal día (no es excusa), podría ser un amargado, un mal profesional….,pero no,no estuvo bien cómo se dirigió a tí.
Bruja Lilith
Mugre policía mal educado, yo creo que si fue un micromachismo, pero no vale la pena, al menos ayudaste a encontrar al niño, saludos:D
Patricia Fernández
Si con eso me quedo 🙂
María
Pues vata… De verdad qué maleducado. Sinceramente, no puedo imaginarme dixiéndole eso a tu marido o cualquier otro hombre. Por no decir que la información que tú le dabas en ese momento era vital: cómo localizar a la madre y que se encaminara ahí.
Fue una contestación muy desopectiva y fuera de lugar, inadmisible viniendo de un servidor público… Entiendo que te sintieras así, la verdad, y me alegro de que encontraras la forma de sacarlo fuera y pasar página
Patricia Fernández
Me quedé tan atónita que como cuento ni reaccioné.