El ramo de Laurel para la madrina, la búsqueda de huevos de pascua, la decoración con pompones, la pegarata, las tardes jugando con los primos… Son muchos los recuerdos bonitos que tengo relacionados con esta época del año, tanto de niña como ya de adulta. Así que aunque este año la celebración familiar no ha podido ser debido a la pandemia y hemos vivido la pascua como nos han dejado, también hemos tenido huevos de chocolate, laurel y dulces típicos de esta época del año en esta vida paralizada que nos ha tocado. 

Que largo se está haciendo todo ¿verdad? Hace uno días veía a un grupo de científicos en uno de los informativos nacionales hablando de liberar las patentes de las vacunas para terminar con este calvario de una vez. Me sorprendió la verdad, porque cuando hablamos en Instagram sobre la codicia humana (bien conocida en el tema de acceso a la vivienda) y totalmente evidenciada durante esta pandemia, en la que se prefiere poner en riesgo la salud y la vida de las personas y paralizar nuestro mundo en virtud de unas patentes intocables,  la idea pareció a algunas lectoras demasiado loca por mi parte.

Ver a los pocos días más voces que reclaman mecanismos para utilizar un bien para toda la humanidad, en lugar de favorecer intereses particulares me hizo sentir menos loca, aunque la verdad es que soy pesimista al respecto. Mejor seguir encerrándonos y liberándonos según la época del año (menudo visionario Berlanga, y nos reíamos de aquellos pueblerinos de los 60, estamos en 2021 como para reírnos) y peor aún dejándonos enfermar y morir, por no tener suficientes vacunas para todos. 

Nos están dejando un mundo bonito, bonito, en fin, voy a terminar de freír las torrijas  ¡Felices Pascuas!

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Un comentario

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Concuerdo contigo, ojala si dejaran de patentar las vacunas, Felices Pascuas!!, saludos:D

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