Del 16 al 22 de mayo se celebró la semana mundial del parto respetado cuyo lema de cabecera fue «mi decisión, mi cuerpo, mi bebé». Aquí en España se han celebrado diferentes actos, desde El Parto es nuestro se ha conmemorado con la proyección  del documental «Parir en Libertad» Un documental con un comienzo impactante en el que se muestran las típicas escenas que aparecen en las películas al referirse al parto y que tanto daño hacen en el imaginario popular. Mujeres histéricas, vulnerables, incapaces de tomar decisiones, mujeres totalmente expuestas, invomilizadas en el potro de tortura. Un drama público donde la mujer es el recipiente y donde un médico resuelve la situación.

Conseguir que el parto sea una experiencia fantástica y memorable parece que sigue sin ser fácil a la luz de los datos. Yo tuve la entereza y la fortuna de conseguir un parto respetado para dos de mis tres hijos a pesar de que a priori los dos últimos tuvieron lugar en un hospital ciertamente intervencionista.

Debo decir que no tuve un primer parto excesivamente medicalizado, tuve libertad de movimiento durante toda la dilatación, no me pusieron ningún tipo de medicación, ni epidural, no me rompieron la bolsa, tampoco sufrí la humillación en forma de enema, rasurado etc. pero si lo suficientemente medicalizado durante la fase de expulsivo como para entender que desde que la ginecóloga apareció en la sala y desplegó su sapiencia sobre mi, mi bebé y yo dejamos de tener el mando de su nacimiento y lo que era una experiencia impactante se transformó por completo. Ella sin preguntarme siquiera me enchufó oxitocina, me cortó sin ni siquiera anunciarlo y por supuesto una vez expulsada la placenta se llevaron a mi hijo para medir, pesar etc. y me lo trajeron vestido y envuelto una hora mas tarde con su biberón de suero glucosado en el cuco.

Todas las prácticas descritas contradicen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud OMS  y de nuestro ministerio de sanidad en materia de la atención al parto normal. «Mi decisión, mi cuerpo, mi bebé» después de dar a luz a mi hijo mayor y ver el primer documental De parto que apareció en documentos TV en 2004 y donde conocí por primera vez El parto es Nuestro supe que nunca mas permitiría que nadie me estropeara la experiencia de dar a luz, de parir, y que era mi obligación como madre reclamar mi derecho y el derecho de mis futuros hijos a disfrutar de un parto no medicalizado de principio a fin.

No fue un camino fácil aunque los resultados fueran muy satisfactorios, embarazada  tanto de Ariadna como de Chloe me tocó batallar por nuestros derechos ante un colectivo que si bien tiene buenos profesionales, está plagado de protocolos obsoletos y personas demasiado acostumbradas a que no se les cuestione. A que las mujeres y sus parejas obedezcan sin rechistar, sin ni siquiera preguntar el porqué de las cosas. Demasiado acostumbrados a la confianza ciega, al efecto de la bata blanca y a la infantilización constante.

Cada vez hay mas mujeres que se atreven a reclamar sus derechos también en materia de partos, pero me gustaría destacar que no es fácil hacerlo. Por eso cuando veo que desde diferentes organizaciones (matronas, médicos, asociaciones…) se dice o se empuja a que sean las mujeres las que reclamen una asistencia al parto según la evidencia científica y las recomendaciones de la OMS, a mi particularmente me resulta una petición injusta y desmedida. Porque el momento del embarazo y el parto es un momento muy vulnerable y no todo el mundo tiene la fortaleza, o la determinación de enfrentarse una y otra vez ante el run run de «aquí se hacen las cosas de este modo» «los protocolos son los que son» etc. y si estando embarazada no es fácil, el día del parto es aún mas difícil.

Informarse, hacer un plan de parto, tratar de localizar a profesionales que sean favorables a la atención al parto no medicalizado basado en la evidencia científica (preguntar por ellos el día del parto «por favor que venga alguien que esté formado en la atención al parto respetado») y preguntar el porqué y para qué ante cualquier actuación desde la primera consulta, son las mejores herramientas para disfrutar de un parto no medicalizado de principio a fin. La confianza ciega en la bata blanca no suele dar buenos resultados, la corresponsabilidad para mi es el único camino posible en la edad adulta, también en el nacimiento de nuestros hijos.

{Mas información: Embarazo, parto, otros artículos sobre parto y sobre embarazo con enlaces y .pdf a documentación oficial del ministerio de Sanidad y la organización mundial de la salud OMS}

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4 comentarios

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Cuanta razón. Ojala yo me hubiese informado antes de dar a luz…pero me fie plenamente de los médicos.
Sabes que pasa?? Que si te quejas del corte que te han dado,todo el mundo ( sobre todo mujeres…) te mira como si fueses una mala madre incapaz de sacrificarse por si hijo.
Y oye,después de recibir un tajo ( tan grande que tuvo que ser recosido una semana después) el dolor es tan insoportable que no puedes ni disfrutar ni atender a tu bebe en condiciones.por lo tanto,renuncie también a la lactancia materna ,pues estaba en un hoyo tan profundo que a la primera complicación y estiramiento de pezones hasta el infinito de la almidonada enfermera jefe de pediatría, decidi que esta menda ya no podía enfrentarse a nada más.
Animo a cualquier embarazada a que se informe y sepa que tiene otras opciones

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Estupendo post!!!

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Bueno la falta de respeto hacia la intimidad y de la naturaleza de la mujer no solo es en el parto.
Y el momento ginecólogo?, tumbada en ese artilugio, con las piernas abiertas, y pasando por delante, que si la enfermera, que si el médico, que si el MIR de turno, mientras hablan de sus cosas, y tú en ese momento, pensando, (me bajo, ahora mismo, y me voy) pero no, porque sabes que hay que mirarse, hacerse revisiones, por nuestra salud, pero digo yo, y no se podría hacer con un mínimo de dignidad?, y de sensibilidad, y de privacidad!!.
Luego te bajas, y con una toallita que no te cubre el culo, vas casi dando saltitos, hasta que llegas a la esquinita para poder vestirte!!..en fin!!.. es que ninguna mujer se queja?
Yo puse reclamaciones en atención al cliente, no está reñida la profesionalidad con la intimidad en todos los sentidos .
Después de tan malas experiencias me he ido al gine particular, donde me atienden con dignidad, cobra por eco, citología y revisión, 100 euros, pero los pago con gusto (cuando no debería ser así) por no pasar por la humillación de tratarme como un «trozo de carne»!!. La solución no es ir al médico particular, que conste!!…

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