En la época que nos ha tocado vivir la juventud manda y lo hace especialmente si eres mujer. Vivimos en una sociedad en la que las mujeres somos cosificadas de forma sistemática tanto en la publicidad, como el cine y los medios de comunicación. Una sociedad en la que el sometimiento de la mujer se ejemplifica constantemente con la violencia de género -hoy nos despertamos con un nuevo asesinato en León- que lejos de ser vista por nuestra sociedad como una lacra se atribuye de forma sistemática al entorno doméstico.
Una sociedad que tolera las agresiones sexuales en ambientes festivos como un daño colateral derivado del alcohol y la euforia. Una sociedad donde la única esclavitud que se sigue permitiendo con una doble moral vergonzosa se llama prostitución y montones de mujeres son esclavas sexuales con la complicidad y el mantenimiento de ese negocio por el género masculino.
Una sociedad en la que las mujeres con visibilidad o con poder: deportitas, políticas, empresarias etc. siguen teniendo que responder a preguntas sobre su vida privada, el secreto para conciliar, sus esenciales de belleza, su modisto favorito… Donde se alude a su belleza, hijos o juventud a la par que se destacan su trayectoria profesional. Quizás el ejemplo mas claro fue en los juegos olímpicos de Río donde los medios de comunicación españoles se retrataron sin ningún pudor presentando a las ganadoras de medallas españolas con su otro éxito, porque según podíamos leer ya eran mujeres de éxito por ser madres, eso si de sus colegas varones no mostraban si eran o no padres.
El éxito, la ambición, la vida activa, se relaciona con la juventud. La imagen de la mujer perfecta es una imagen recurrente, un camelo con el que convivimos a lo largo de nuestros 20, 30 y tal vez 40 años, de un modo natural, pasada esa edad da la impresión que las mujeres desaparecen de escena y las que siguen apareciendo son juzgadas de forma despiadada por el gran público en relación a su físico «está muy mayor» «que necesidad tiene de seguir en: cine, revistas, televisión [pon aquí la profesión que corresponda]» «se ha operado»
A las personas mayores en general se las infantiliza, pero las abuelas de nuestra sociedad son tratadas como niñas sin criterio ni opinión o como personas sin motivaciones y la mayoría parece aceptarlo dócilmente, no en vano muchas fueron criadas en ambientes de sumisión donde se les decía lo que pensar, como vestir y hasta en lo que creer.
Buscando información para escribir este artículo descubrí una web inglesa realmente interesante se llama sixtyandme una comunidad de mas de 300.000 mujeres de mas de 60 años que ofrece contenidos relacionados con esa franja de edad. Se necesitan mas modelos de este tipo y es realmente extraño que en una sociedad tan envejecida como la española no haya multitud de formatos similares. Necesitamos mas modelos de mujeres que nos enseñen a vivir y disfrutar del paso del tiempo, tengo la impresión de que las mujeres necesitamos mas modelos inspiradores para aprender a envejecer.
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9 comentarios
María
Cuánta lucidez y profundidad. Gracias
Patricia Fernández
Muchas gracias María me alegra que te haya gustado 🙂
Rocio
En la pasada fiesta de los oscars,no recuerdo que actriz fue la que le espeto al periodista si ya le había preguntado a su colega masculino por sus rituales de belleza.
Reconozco que nosotras no nos hacemos tampoco ningún favor.somos demasiado exigentes con nosotras mismas ( aspecto,hijos,casa ,trabajo…)no somos capaces de bajar el listón
Patricia Fernández
¿Cómo vamos a ser capaces con la presión constante a la que estamos sometidas? Como ha dicho Sole hay que marcarse como objetivo practicar mas la sororidad y ser tan indulgentes con nosotras como lo somos con el género masculino.
Sole
Interesante tema, ciertamente en esta sociedad no igualitaria con respecto a las mujeres, tan androcéntrica… el envejecimiento es otro hito al que las mujeres nos enfrentamos con mucha presión social, cultural . Desde la psicología del desarrollo a este momento vital que aparece en la mediana edad se le llama “madurescencia”, es un momento evolutivo de replantearse, de cuestionarse modelos anteriores y de seleccionar aquellos modos/modelos con quien identificarse y que sirva para sostener nuestra propia identidad. También es el momento en el que es necesario establecer un cambio en la forma de verse y de interpretarse, de enfrentarse a los cambios corporales debidos al paso del tiempo, de interpretar psicológicamente los logros obtenidos, de construir una identidad nueva desde el interior y no desde lo que “debería ser”. Y como a mi me gusta decir de mirarse al espejo y reencontrarse con esa nueva imagen que este te ofrece, de ser amable con ella.
Yo, la verdad es que en este mundo de las redes sociales no me encuentro nada próxima a la realidad de esas cuentas de mujeres que están en la veintena, treintena, archiconocidas, con miles de seguidoras/es. Lógicamente su momento vital no tienen nada que ver con el mío, que estoy viviendo ese momento de «madurescencia», jjjj Ciertamente, como bien dices Patricia, encontrar cuentas en redes sociales de mujeres con más de 50 años que muestren una forma positiva, desde lo femenino (o nueva, o diferente a lo conocido) de envejecer, que nos sirvan de referentes a las mujeres que hoy tenemos 40, 45, 50,…es un tanto difícil, al menos yo españolas no he encontrado, las que conozco son extranjeras.
Ciertamente esta sociedad machista no nos ayuda mucho en esa construcción de nueva identidad de mujer madura, la publicidad, los medios de comunicación (instrumentos de expresión de nuestra sociedad) le dan significados negativos a los símbolos de la madurez, hay que taparlos: las arrugas, las canas,…como si fuesen algo malo, feo… y nosotras mismas deberíamos practicar más la sororidad entre nosotras, y no caer en expresiones como «que acabada está», «aparenta más..»….y tantas otras…
En fin que es un tema con mucho futuro y en nuestra mano, en el de las mujeres de ahora con 30, 40, 50, mostrar nuevos modelos de envejecer no condicionados por una sociedad androcentrica.
Patricia Fernández
Gracias por tu aportación Sole, súper interesante, creo que vamos a ser la primera generación que cuente de verdad que pasa a los 40, 50, 60… de un modo mas realista y cercano, que ocurre con las aspiraciones, las inquietudes, los planes, la familia, el cuerpo, la menopausia, el sexo, el amor… Este artículo llevaba en borrador desde finales de verano, he sacado una parte pero es un tema que me interesa mucho así que me guardo el término madurescencia ¡es genial! para futuros artículos.
Marina Noelia Saavedra
Muy interesante, excelente entrada.
Patricia Fernández
Gracias Marina
Patricia Fernández
Gracias!