Es curioso como el mundo avanza y sin embargo a las personas les cuesta comprender los cambios sociales. Antes de la llegada de Internet y sobre todo de la eclosión de las redes sociales era difícil encontrar referentes en el cine o en la televisión que no fueran meros clichés. Por ello cuando una persona sentía que le gustaba una persona de su mismo sexo lo normal era que tardara un tiempo largo en comprender qué estaba sintiendo y encontrar a otras personas con las que sentirse validados y comprendidos.
A día de hoy muchas personas de mi generación son madres y padres de niñas y niños preadolescentes y adolescentes y mi percepción es que en general les cuesta formar a sus hijas e hijos en la diversidad. Formar en diversidad supone que niños y niñas sepan que no solo hay un tipo de familia, un tipo de vida, un camino. Formar en diversidad supone que niños y niñas sepan entre otras cosas que hay muchos tipos de familia, muchos estilos de vida y muchos caminos ante los que van a poder elegir.
Condicionar a niños y niñas en su sexualidad es algo que hacemos de forma totalmente inconsciente. Ya desde bien pequeños se les pregunta a niños y niñas si esa amiga o amigo más especial que los demás, es en realidad su novia o novio. Haciendo de este modo que las niñas comiencen a identificar que su relación de amistad con los niños tiene otras connotaciones más allá de la puramente fraternal y lo mismo con lo niños. Esto es un error tremendo porque además de condicionar sus relaciones de amistad, les sexualiza a una edad demasiado temprana. Piensa, ¿con qué edad le preguntaste a un niño o una niña si tenía novio/a?.
Con el tema del género, el sexo y la orientación sexual parece que a día de hoy mi generaciónaún no tiene una conciencia clara de sus diferencias y en realidad es bastante sencillo. Una cosa es el sexo. Con el que naces. Soy una mujer porque tengo genitales de mujer. Otra cosa es el género. La construcción social de la identidad.Es decir, qué actitudes, comportamientos y cualidades son propios de una mujer en la sociedad en la que vivimos (o de un hombre). Y otra cosa es la orientación sexual. Por quién me siento atraída: hombres, mujeres o ambos.
Afortunadamente niños y las niñas lo tienen mucho más claro (en general) porque tienen a su alcance información, y referentes con los que poder identificarse. Hoy en día aquellos a los que llamamos preadolescentes dicen eso de soy hetero, soy gay o lesbiana o soy Bi con una naturalidad que algunos les parece pasmosa y demasiado precoz. Sin embargo que un niño o una niña de 10, 12 años sea capaz a compartir que le gusta por una persona de su mismo sexo no es una moda, no es que pasen demasiado tiempo en internet y no es precocidad. Es inteligencia emocional, es acceso a información y además demuestra que se sienten seguros en el entorno en el que se relacionan.
Estaría bien que las familias no ningunean los sentimientos de ese grupo al que llamamos preadolescentes. No seamos un estorbo y un lastre para su desarrollo. El problema no lo tienen ellos lo tienes tu si tienes que asumir, si crees que es una moda, si crees que pasa mucho tiempo en internet etc. De ti depende jugar a su favor, acompañándole y estando ahí como lo estarías si quien le gusta es una persona del sexo opuesto. O jugar en su contra haciendo que dude de sus sentimientos, pidiéndole discreción… como no harías si le gustara una persona del sexo opuesto. ¿No ves la contradicción?
En una etapa de cambio y evolución como es la preadolescencia y la adolescencia lo peor que madres y padres podemos hacer es invalidar los sentimientos de nuestros hijos e hijas. Y hacerles ver que sus sentimientos no son importantes o válidos porque ¿es demasiado pequeña/o? Luego nos sorprenderemos cuando no sepan decir que no a cuestiones que les supongan un riesgo o resulten perjudiciales para ellos o sus semejantes, o no sepan afrontar la presión de grupo que da al traste con sus valores personales. Con 16, 17 años habrán estado años practicando en claudicar de lo que quieren, de lo que sienten o de sus valores y además en entornos familiares en los que a priori son queridos. ¡Piénsalo! Si hoy lo has hecho mal, mañana tienes la oportunidad de hacerlo mejor. La maternidad y la paternidad es una carrera de fondo.