Cumpliendo un sueño: Este año vivimos en Ibiza

En algún momento de mi vida empecé a valorar la luz por encima de otras cosas y en algún momento decidí cambiar otras comodidades por horas de luz. Decidí no ser un árbol, decidí no tener miedo, decidí que no quería despertarme un día y pensar «¿y si lo hubiera hecho?».

Decidí que no tener ganas de volver a mi casa tenía que tener una razón de peso, todo el mundo a mi alrededor vive feliz estando de vacaciones -o viajando- pero volver a casa les reconforta, sin embargo a mí me ponía de mal humor o me directamente me deprimía. Decidí que no echar de menos mi cama o el espacio que yo misma había diseñado era un problema. Espero que aunque la vivienda en la que nos hemos instalado por el momento no sea tan bonita o no tenga las comodidades que hemos tenido hasta ahora, se convierta en ese hogar al que tenga ganas de volver.

Nos hemos venido a vivir a la isla que hace seis años redescubrí y que enamoró a toda la familia. Aún sigo meditando si es posible enamorarse de un lugar, la respuesta debe ser afirmativa porque tanto mi marido como yo pasamos el año echándola de menos. Después de varios años soñando con esta posibilidad hemos conseguido hacer realidad este sueño y convertirlo en nuestra aventura familiar. No te diré que ha sido fácil: mover casa, trabajo, colegios… debería ser más sencillo de lo que ha sido. Desde luego la nuestra es una civilización extraña que como no cambie, se extinguirá bajo su falta de empatía, pero de tropelías ya si eso te hablo otro día.

Nos hemos cansado de esperar que pasen 11 meses para disfrutar de nuestra Ibiza familiar y hemos decidido probar que pasa si vives 11 meses al año en uno de tus lugares favoritos del mundo. La verdad, siento que es mi momento, nuestro momento, por la edad de mis peques, por el trabajo… Estoy muy ilusionada con el reto laboral que inicio, segura de que todo el camino andado, todos los conocimientos adquiridos, mi experiencia, la creatividad que me ha caracterizado en las últimas etapas me resultarán muy útiles.

Como ya te había comentado, el blog cambiará la frecuencia y el fondo de las publicaciones -esto último no te lo había dicho, del verde asturiano al blanco ibicenco- pero ganarás en variedad, ya que ahora me toca descubrir la isla como residente y encontrar esos lugares especiales a los que aún no he ido porque en verano están abarrotados de turistas, esas tiendas bonitas que abren durante todo el año, esa peluquería que me salvará la vida cuando las canas aparezcan, esos lugares maravillosos para nuestros planes en familia… Me toca también poner mi casa a punto con lo que habrá muchos artículos sobre decoración. Mis peques cambian de cole con lo que seguro surgirán temas relacionados con los colegios y la educación. Además harán una inmersión lingüística, aquí se estudia en catalán (bueno, ibicenco) y podré contaros la experiencia -espero que muy buena-. Vamos a tener que buscar actividades para ellos… y por supuesto seguiré compartiendo mi evolución con el armario. Si eres de aquí todas las sugerencias son bien recibidas y si no eres de aquí pero sigues alguna blogger o instagramer ibicenca, sería fantástico si me dejas un comentario, me encantará descubrir la creatividad de la blogosfera de Ibiza con lo fan que soy de este fenómeno. Lo dicho, ¡espero contar contigo al otro lado! ¡espero seguir inspirándote! ¡espero que me acompañes en mi aventura! y compartas mi nuevo grito de guerra: #nosomosarboles ¡Feliz lunes!