Recientemente he leído varios artículos en prensa en los que se repiten algunas afirmaciones recurrentes, por un lado se pone de manifiesto como un hecho negativo que los padres y madres de hoy en día no queremos que les ocurra nada malo a nuestros hijos e hijas. En el último los progenitores éramos tildados de sindicalistas de nuestros hijos.  Y por otro se insiste también como un hecho negativo que no aceptamos la autoridad de los docentes y eso por lo visto hace que el profesorado se sienta cuestionado en su trabajo.

Ambas afirmaciones me causan cierto estupor. Por un lado porque no me queda claro si en alguna generación pasada, padres y madres tenían interés en que cayeran sobre sus hijos los siete males de este mundo como fórmula para forjar el carácter y tolerar las frustraciones de la vida.  Ya sabes, algunos siguen sosteniendo que es a base de palos como se forja el carácter. Personalmente creo que criarse en un entorno seguro y empático donde está permitido caer y levantarse, cometer errores y aprender de ellos, donde se fomente la creatividad, la ilusión, el esfuerzo, el aprendizaje continuo, la utomotivación, el autoconocimiento, donde el respeto entre todos los miembros de la familia sea una regla no negociable y la educación emocional esté presente es mucho mas positivo.

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La parte de los docentes también me resulta curiosa, nuestra sociedad cada vez está mas formada, esto hace que los padres de niños que están ahora en edad escolar sea una generación que en general ejerce una maternidad y paternidad consciente y por tanto no acepta como respuesta «estas son las normas de este colegio» como ocurría antes, sino que busca una respuesta razonada ante cualquier cuestión atípica. Además a sabiendas de que el sistema educativo actual es un sistema obsoleto con grandes necesidades de innovación, trata de influir en la medida de sus posibilidades.

Antes un profesor era un faro porque su formación y experiencia era muy superior a la de la mayoría de los padres. Desde mi punto de vista esto está bastante lejos de ser un dato positivo, en muchos casos esa autoridad se tradujo en violencia verbal e incluso física hacia los niños dentro del sistema educativo. Si te parece exagerada la afirmación recuerda eso de «la letra con sangre entra». En Inglaterra por ejemplo el castigo físico en el aula se prohibió en el año 1998.
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En cualquier caso como en el resto de profesiones que no se actualizan al ritmo que deben y que sufrimos una disrupción, podemos lamentarnos y echarle la culpa a los padres, a los niños, a la tecnología o al maestro armero. O ser serios y tratar de ser objetivos para mejorar las cosas para los niños, que son el centro de la cuestión y en teoría los que nos preocupan a todos. Está claro que la situación de crisis, los continuos cambios en los planes de estudio pueden hacer mella en los docentes, pero también es cierto que los padres nos sentimos profundamente afortunados cuando pese a todo damos con un profesor o profesora al que le gusta su trabajo y lo demuestra motivando a nuestros hijos e hijas.

Se dice que los profesores se sienten solos, que los padres no colaboran pero en algún momento deberán explicarnos ¿en qué quieren que colaboremos? Y estar preparados para que sus puntos de vista no sean compartidos. Si se practica la escucha activa y se está dispuesto a analizar e introducir mejoras por el bien de los niños seguramente no existirían las huelgas de deberes, ni muchos de los problemas de convivencia actuales, puede que hasta los niños fueran más motivados al colegio. Pero claro, para todo esto hay que seguir teniendo ganas de esforzarte y lamentablemente no ocurre tan a menudo como debería, a veces da la impresión que el esfuerzo en el entorno educativo es una exigencia exclusiva para niños y niñas.

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22 comentarios

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What an interesting reflexion!

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Thank you! I’m glad you like it 🙂

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Tema controvertido Patricia, y de los más importantes (si no el que más,desde mi punto de vista) que tendrían que abordar los políticos de este país, no olvidemos que los niños de hoy son el futuro y es triste ver que no les ofrecemos las herramientas necesarias para hacer de éste un mundo mejor. Estamos tan rodeados de corrupción,intolerancia y violencia….. no se puede ver nada en la tele con ellos,no les puedo explicar lo que pasa en el mundo porque todo es catastrófico…. pues si, yo quiero que sean felices y que se hagan adultos así, porque estoy convencida de que serán mejores personas,y eso hay que trabajarlo en casa,pero también en el colegio. Claro que hay que cambiar el sistema educativo, y lo sé, porque mi hijo de 10 años se levanta con un «no quiero ir al cole» muchos días,y a mi se me cae el alma a los pies….
Un abrazo

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Esta claro que se necesita revisar la educación desde los cimientos y que eso les corresponde a los políticos: materias, evaluación de docentes en activo, revisión de la carrera de magisterio y pruebas de acceso, salarios, competencias, organización de la comunidad educativa, edad para ir al instituto… pero hasta que eso llegue (si es que llega) ¿qué hacemos con los niños que están ya en el aula? Cuando te dicen que no quieren ir te sientes fatal si son mayores y aún saben decirte exactamente porqué pero cuando tienes que deducir por lo que te sueltan a lo largo del día o estar pendiente de los juegos y sus conversaciones es aún mas desconcertante ¡Gracias por comentar!¡ánimo!

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Mi hijo va contento al cole,de momento, no puedo quejarme.
En casa,hablamos mucho ,no hay secretos y se exponen las experiencias de cada uno a lo largo del día.
Hablo mucho con el resto de madres y trato de saber que pasa dentro del aula,y si hay algo que no me gusta,lo hago saber.
También alabo los logros del docente cuando lo considero oportuno.
Hay profesores obsoletos completamente que ,amparados en el corporativismo,no son amonestados cuando hacen algo imprudente.eso si que me revienta.
Ahora bien,como tu constantemente expones aquí, los padres tenemos la obligación de escuchar,interesarnos ,conversar ,sentar las bases de la personalidad de los niños y niñas y cuestionar,si hace falta,lo que dice o hace el profesor.como bien dices,antes el profesor era un semidios ,si en clase hacia o decía alguna burrada,pues se aceptaba sin rechistar.
Recuerdo que en eso,mi madre ya era pionera,ciando algo que le contábamos,no le gustaba,enseguida se plantaba allí.

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En nuestro caso depende del día y del niño de la casa jajaja A mi lo que me fastidia es que dependa de la suerte y de quien te toque para que vayan o no contentos, y que la mala comunicación o ese poner encima de la mesa que los padres que comentan este tipo de cosas son unos toca huevos y los que no fíjate porque pasan de todo… no me gusta. Porque además muchas veces serían cuestiones solucionables si se tiene voluntad, y buena comunicación profesores/padres: un profe que grita cuando riñe a los niños mas inquietos no percibe que el resto de niños que mira está incómodo o incluso se asusta ante esa situación y hace que no quiera ir al cole, las riñas por salirse de la raya no fomentan la autoestima ni las ganas y no son comprensibles a no ser que la profe suponga que la etapa infantil es un periodo de «master en colorines», una estructura de clase muy rígida con mucho tiempo seguido de fichas puede ser contraproducente para el aprendizaje para algunos niños, con tanto problema de obesidad entre niños igual en las fiestas el cole se deberían buscar opciones apetecibles y nutricionalmente saludables…tantas cosas… Gracias por comentar!

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Totalmente de acuerdo con lo expuesto, Patricia.
No voy a meter al profesorado en el mismo saco porque es injusto, igual de injusto que es meter a padres y madres en el mismo saco. Por supuesto que hay profesorado implicado, colaborador, innovador, y profesorado que se niega a cambiar y sigue aplicando las mismas metodologías que se aplicaban hace 30 años. Sí, es injusto hacerlo pero también es injusta la incertidumbre de saber si el año que viene vas a tener “la suerte” de que te toque la profesora o profesor que cautive a tu hija con sus ganas y métodos y desarrolle en ella la motivación de aprender, de aprender por el placer de aprender, con lo bonito que es… porque esto no debería depender de la “suerte” sino que debería ser la norma.

Y claro, también hay padres y madres de todo tipo, lógico, y hay quienes son maleducados/as e irrespetuosos cuya opinión es la única válida, pero hay quienes se implican en la educación integral de sus hijos/as, porque no nos equivoquemos educar es un asunto social, no, no recae sólo en las familias, también en el resto de microsistemas en el que se convive en la infancia: familia, relaciones con resto de niños/as, el colegio, el vecindario,… y no me voy a meter en cómo enseña a restar sino en si trata o tratan con respeto a mi hija, si no la trata o tratan de forma diferente por el hecho de ser niña, o de tal etnia, o gorda, o flaca, u homosexual,… si se vela por su seguridad física y mental en el entorno educativo, …
Y por qué no voy a opinar, e incluso a “rebelarme” sobre un asunto que puede llegar a tener un impacto negativo en la relación familiar por las interacciones tensas y frustrantes que en muchas casas se producen a la hora de hacer los deberes, por reducir el tiempo de ocio familiar y el tiempo para dedicar a otras las tareas (en el caso de padres y madres cuando tenemos que hacer labor de profesor/a de refuerzo en casa)?

Y aunque no me guste nada lo de etiquetar a nadie ( y qué manía últimamente con etiquetarnos…), sí, me declaro abiertamente sindicalista, cuando ello supone optimizar la situación de los y las niñas en el centro educativo y defender sus intereses y derechos. Y sí, claro que quiero que mi hija sea feliz, qué hay de malo en ello? Por supuesto que eso no significa que no tenga deberes como la persona “en formación” que es y que no la enseñe a tolerar la frustración cuando las cosas no son ni salen como quiere, y que la sociedad en la que está creciendo no es un campo de flores en primavera…
Ah, y si no nos implicamos, porque no lo hacemos, y si nos implicamos…no te preocupes que ya te darán con la puerta en las narices…(aquí hablo sólo desde lo personal).
Y podría seguir…

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¡Qué flojito el artículo! …y sesgado (nos encanta opinar de todo, ¿verdad?). La frase que más me ha gustado es «se busca una respuesta razonada ante cualquier cuestión atípica» , tengo que darle alguna vuelta más para entenderla. Volveré cuando haya algún look invernal de esos chulos, que esos sí que molan. Hasta pronto

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¿Esperas que una madre con tres niños en edad escolar no tenga opinión sobre el sistema educativo o sobre cualquier otra cosa que afecte a su vida? Siento que te parezca sesgado, supongo que un artículo de opinión siempre lo es. Hoy ya tienes un look invernal si es lo que más te gusta del blog. Evidentemente no tenemos que estar de acuerdo en todos los puntos de vista pero si podemos respetarnos e incluso tratar de entendernos. La frase que te ha gustado a mi me parece de lo mas normal, a ver si con esta otra la entiendes mejor: un padre o una madre busca que le den una respuesta lógica si se produce una situación no habitual: una profe se enfada y rompe un trabajo porque no está bien coloreado, se pinta una linea roja en un patio para que los padres intentar que los padres no acompañen a sus hijos mas allá de esa linea dentro del patio, le ponen celo en la boca a un niño…hay tantas situaciones poco lógicas o atípicas que se dan en un centro escolar y en las cuales los padres y madres de hoy en día no se conforman con un «son normas del colegio» Gracias por comentar!

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Totalmente de acuerdo con tu punto de vista Patricia.

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Un tema controveetido. Soy docente, amante de mi profesión y aunque yo imparto clases en secundaria, soy consciente de que los niños no solo vienen sin ganas al instituto sino también al colegio, que es aún más triste, si cabe.
Me parece bien que padres y madres cuestionen nuestros métodos. ¿Cuál es el problema? En primer lugar, no debería hacerse nunca ante los niños, si se desacredita al profesor delante del niño, indirectamente le estás dando permiso para faltar a su autoridad.
Yo enseño a mis alumnos a cuestionárselo todo, a preguntarse miles de cosas, a ser curiosos, etc., pero jamás se me ocurriría hacerles pensar que sus padres no están haciendo bien su trabajo, a pesar de que en ocasiones lo pienso, nunca hablaría despectivamente de un padre o les invitaría a que no les obedeciesen.
Si yo tengo tan claro ese punto. ¿Por qué a los padres les cuesta tanto entenderlo? Vivo al lado de un colegio y en ocasiones veo a padres y madres, con sus hijos de la mano, despotricando sin censura de los maestros, lo cual me parece un comportamiento lamentable. Un abrazo.

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Evidentemente hay cuestionamientos que no se deben hacer delante de los niños, «este es un…» «aquella es una…» , otras cosas no veo problema en hacerlo, es una manera de fomentar una autoridad bien entendida, me explico. Si la profesora de mates de mi hijo habla de un tema religioso para explicar una pregunta científica estoy en mi pleno derecho de explicarle a mi hijo que su profe se ha equivocado y darle la respuesta correcta y de paso explicar que nadie es infalible, ni su padre, ni su madre, ni los profesores, que todos nos equivocamos y no hay que darnos la razón como a los tontos, que está bien si algo no te cuadra preguntarlo o exponer tu punto de vista. Esto a algunos docentes les parece que es quitarles autoridad, para mi forma parte de de «cuestionarlo todo» Si un padre explica a su hijo que la evolución no está demostrada porque dios creo el mundo en 6 días un profesor de ciencias debería respetar «la autoridad» del padre y no sacar al niño del error? Hay tantos casos a lo largo de un curso porque como he expresado en otros artículos aunque se quiere decir que los profes no educan solo enseñan una materia concreta como no somos robots a lo largo de una clase surgen un montón de temas. Esta semana en el instituto de mi hijo mayor por ejemplo surgió el tema del desayuno, para su profe «la comida mas importante del día»»no se puede ir al instituto sin desayunar» etc. Cuando la comunidad científica pone de manifiesto que esa afirmación está obsoleta y antes que desayunar leche con colacao y galletas hiper azucaradas es casi mejor no desayunar hasta que vayas a elegir una opción dietética saludable…¿Qué se supone que debe hacer un padre darle la razón al profe para no restarle autoridad? No sé que te parecerá a ti, pero a mi me parece que la autoridad es otra cosa. Gracias por comentar!

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Yo soy profesora y considero que la cuestión de la autoridad debe quedar desterrada del debate sobre la educación de una vez por todas. Considero la educación como un proceso en el que el profesor es un guía y un moderador que acompaña a los estudiantes a lo largo del mismo, los alumnos aprenden del docente y viceversa, los padres deben colaborar en el proceso participando activamente de la vida escolar y generando un ambiente de empatía y apoyo, ya que cada alumno tiene su propio ritmo. Si queremos educar a nuestros hijos en la igualdad y la democracia, no podemos establecer una dinámica de aula basada en el poder y la autoridad. El problema surge de los objetivos impuestos por el sistema económico actual al sistema educativo, cada vez más extendido, incluso a las etapas de infantil, es la concepción utilitarista de la educación, el hecho de pensar que solo es útil lo que va a servir a los niños para que puedan acceder a un puesto de trabajo en el futuro, los planes de estudio y todas las actividades que están encaminadas a aprobar exámenes para cumplir unos criterios meramente burocráticos.
Aunque te guste tu trabajo, en el ámbito de la educación formal es muy, muy difícil aplicar estos principios, por la oposición de los equipos directivos, de otros profesores anclados en métodos y mentalidades inamovibles y de muchos padres, para los que la creatividad, la imaginación, el arte y la educación en valores democráticos en el centro escolar, son una pérdida de tiempo. Todo esto tiene una consecuencia grave en el aula, que es la pérdida de interés y autoestima, especialmente cuando los alumnos no alcanzan los mínimos exigibles de los contenidos, en este caso los propios profesores los consideran «casos perdidos» y la obsesión de muchos padres es que aprueben a cualquier precio. El éxito escolar se mide exclusivamente en función de los resultados de exámenes y otras pruebas estandarizadas. ¿ Es realmente necesario someter a los niños a esa presión? Otro problema es la falta de empatía y de respeto, muchas veces por parte del docente, pero también por parte de los alumnos- y digo esto desde un punto de vista sociológico, no con la típica percepción de que los comportamientos disruptivos «socavan» la autoridad del docente- lo que quiero decir es que los valores en auge hoy en día del individualismo y la competitividad a cualquier precio, resultan en un egoísmo sin límites que se traduce en una absoluta falta de empatía, que desemboca en graves problemas de convivencia. Se hace realmente difícil enseñar en esas circunstancias tan adversas, pero hay esperanza mientras haya madres ( y padres) que como tú se involucren en estas cuestiones, lamentablemente no son la mayoría, por eso te felicito por tu artículo y te animo a que sigas publicando este tipo de cosas.

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Muchas gracias Clara, ojalá muchas mas profes como tú en el camino de niños y niñas. La colaboración de los padres y madres participando en la vida escolar del centro me temo que en muchos sitios es una quimera. Como bien dices los equipos directivos de muchos centros son los que deberían fomentar esa colaboración pero mi experiencia personal es que eso solo se hace de boquilla en la reunión de información, realmente involucrar a padres y madres y crear una verdadera comunidad educativa que sume y ayude a detectar problemas o cuestiones a mejorar daría mucho trabajo y no todos están dispuestos. Es mas sencillo sacar la bandera del autoritarismo y si lo quieres lo coges y si no también porque es lo que hay. Eso si cuando algo no funciona, los niños no tienen interés, el número de suspensos aumenta, remendamos por aquí y por allá, decimos que es culpa de padres y niños y todos tan contentos… Yo creo que hay esperanza si hubiera muchos profes como tú presionando desde dentro, los padres solo podemos apoyaros en vuestras peticiones y destacar vuestro buen hacer cuando tenemos la suerte de que uno de vosotros de clase a nuestros hijos.

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Patricia he comentado en estos años muy poquitas veces pero te leo siempre y siempre me quedo maravillada de tu blog honesto de tus opiniones y tu coherencia en mayúscula. Haría un comentario tan largo que creo que me daría para abrir un blog. Suscribo 100 × 100 tus palabras. Y haré comentarios breves de cada cuestión. Un profesor no es un ser mágico tocado con una varita y su trabajo ha de ser evaluado constantemente como el de todo trabajador de cualquier profesión, puede ser muy válido dejar de valer. El profesor de la escuela clásica no hables de abuelos… hace menos de 15 años había profesores para dar de comer aparte a mí personalmente me llegaron a decir que no iba a llegar que no servía. Todo muy pedagógico como puedes ver. En la actualidad tengo dos carreras una pedagogía con lo cual tengo formación suficiente para poder opinar no sólo vivencial si no teórica, de formación y experiencia ( Dos carreras que no tienen nada que ver una con la otra con un total de nueve años de mi vida de estudios) además de un master y experiencia Laboral en el extranjero. Me horripila me escandaliza y me pone triste pensar que hoy en día haya niños y ya los niños adolescentes como fue mi caso, a los que se diga que no sirven y desgraciadamente los hay. Y esto es un ejemplo lo podemos aplicar a como forman como estimulan o simplemente como se dedica a ver pasar las horas. Seres un profesor comprometido con tu profesión y con ética docente créeme que tu entrada no les molestará. A los que has podido molestar es que lo estás haciendo muy bien. Me gustaría terminar mi opinión con un punto positivo si llegue donde llegado ha sido gracias A otro porcentaje de profesorado que se comprometía con el alumno que estimulaba Y que sus tareas y va mucho más allá de lo que en su nómina ponía, de esos tengo unos magníficos recuerdos y mucho que agradecer. Siempre me ha pasado, cuanto más títulos y más seres más humildes son las personas cuanto menos y más complejos de inferioridad más autoritario y Y más miedo a la participación común.
Por último perdona todas las faltas que pueda ver pero tengo el teclado táctil estropeado y es dictado No me funcionan teclas y me es difícil corregir las palabras

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Gracias Tamara, me alegra tu comentario, la verdad es que de vez en cuanto me gusta introducir este tipo de temáticas porque forman parte de mi vida y creo que puede ayudar en un momento dado leer este tipo de cosas de personas que somos accesibles o que tenemos un carácter social. A veces el artículo mas simple hace un clic en nuestro cerebro y consigue un cambio en algunas personas (a mi me pasa) Nunca lo planteo para molestar y me alegra que la mayoría lo veáis así. Un abrazo!

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Clara, la verdad es que me ha gustado mucho tu aportación desde el «otro lado» (es broma, porque no debería haber «lados», al menos opuestos en este asunto, aunque así los estamos percibiendo últimamente) . Estoy contigo, este es un debate que se escapa del aula y de las paredes del hogar. No es culpa de nadie en concreto y culpa de todas…
El trabajo de las emociones, de las habilidades intra e interpersonales , la participación,… brilla por su ausencia en el contexto educativo formal, y son aspectos fundamentales para la vida, para una nueva sociedad… y no nos damos cuenta, y seguimos con el discurso de hace más de 40 años…

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Buenas tardes, cuando dije autoridad no me refería a la superioridad mal entendida que algunos docentes emplean. Estoy de acuerdo con vosotros, pero solo quería comentar lo salvaje que me parece lo que escucho en la puerta del colegio. Educo a mis adolescentes desde la inteligencia emocional, tan necrsaria en el aula, me encanta que mis alumnos sepan que todos cometemos errores, incluso yo, y que los errores son parte del aprendizaje.
Tal como apunta Clara, en ocasiones nos vemos atados de manos por un currículo que nos asfixia y unos padres que cuestionan nuestra metodología constantemente, no siempre para bien y no siempre desde la educación.
Os pongo un ejemplo: Mi especialidad es la Lengua castellana y la Literatura, durante la primera evaevaluación trabajé con mis alumnos la expresión oral, primordial para unos chicos que a duras penas se expresan y que no entienden que en el aula no pueden utilizar el mismo lenguaje que en el parque. Hasta ahí todo bien. Un día en una hora de atención a padres vinieron los padres de una alumna y me tiraron el cuaderno de su hija encima de la mesa exigiendo que les explicase a qué me dedico en mis clases, puesto que los ejercicios escritos eran escasos y no suelo mandar deberes. Amablemente les intenté explicar mi orientación didáctica y me reprocharon que no tenía mucha idea de dar clase, quizás porque era una jovencita (comentario que me pareció insultante). Me invitaron a que les mandara deberes y les hiciera escribir o su hija perdería nivel con respecto a los niños de las otras clases. Ambos padres tenían estudios universitarios, por aquello que hablábamos de la cultura, pero eso no les exime de comportarse adecuadamente, no les da conocimientos de pedagogía suficientes como para decirme a mí cómo he de hacer mi trabajo.

Por otro lado, en cuanto al caso de la evolución y las religiones que exponías Patricia, yo no les diría: Tus padres se equivocan. Les explicaría la diferencia entre ciencia y religión y les diría que son puntos de vista diferentes, no me creo con la autoridad de contrariar la educación que reciben en casa, sino simplemente mostrarles que hay otras ideas u opciones, argumentando las que yo defiendo, pero sin desprestigiar las que sus padres les han dado.

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Está claro que el autoritarismo no está solo en la parte de los centros y está claro que la formación universitaria no es el único camino para que una persona esté bien formada, si fuera así las pseudociencias no se colarían como lo hacen en personas con carreras de ciencias como la medicina por ejemplo, cuantos médicos dudan ante la homeopatía o incluso en su día pensaron que las pulseritas power balance podrían ser lo que prometían. El razonamiento lógico y el pensamiento crítico no está en el ADN de nuestra sociedad. En cuanto a decir o no que un padre o un profesor puede estar equivocado para mi no basta con hablar de puntos de vista, porque hay temas que son opinables y otros que están ampliamente demostrados y enfocarlo de un modo políticamente correcto va en contra de la formación del niño o de la niña. 2+2 son 4 y si un padre dice que son 5 es que no sabe sumar, evidentemente una cosa es decir «tu padre tiene que volver a ir al colegio» y otra poner de manifiesto que «la regla matemática de la suma es esta» 🙂

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Me encanta este debate. Ojalá pudiéramos tenerlo cada una en nuestros centros, sin tensiones, desde las preocupaciones de cada parte, desde la emoción, con respeto…

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Ojalá, si fuéramos capaces mejoraríamos tanto la educación para nuestros hijos…

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Yo también tengo alumnos con padres que son una maravilla y que colaboran conmigo cuando planteo proyectos como «lectura en familia» o «la noticia positiva de la semana», el primero es elegir un libro para que lo lea toda la familia y el alumno opine y recoja las opiniones de su familia sobre el mismo, el segundo es buscar en informativos y periódicos la noticia semanal que nos ha alegrado, entre todas las negativas siempre hay un «tesoro» escondido.
Lo cuento para cerrar el debate y para que nos quedemos con el «tesoro» de que sí, hay esperanza.

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