Viajar con niños

Para mi es importante viajar con mis hijos por muchas razones, quizás una de las principales es tratar que integren de un modo práctico y natural que el mundo es grande y diverso, que hay diferentes realidades y formas de entender la vida.Estoy convencida que eres mucho más feliz cuando vives sin miedo, sin prejuicios o clichés y sin auto limitaciones absurdas que seguramente parten de tener una visión reducida de la realidad. Por supuesto otra razón muy importante para mi es compartir tiempo juntos aprendiendo y conociéndonos sin ninguna obligación que interfiera.

Ahora que se acercan las vacaciones de verano es un buen momento para recordar diferentes tips para poder viajar cómodamente con nuestros hijos. Tengo que decir que personalmente no encuentro diferencias sustanciales entre viajar con nuestros hijos o pasar tiempo con ellos en nuestro lugar de residencia, sin embargo tres problemas se repiten en las consultas que me llegan tanto en los comentarios como en redes sociales sobre consejos para viajar con niños:

• el equipaje
• como reaccionan los niños fuera de su entorno habitual
• la dificultad de viajar con niños debido a los diferentes intereses que podemos tener niños y mayores.

El equipaje es lo más fácil. Para viajar con niños lo mejor es no ir cargados, es muchísimo mas práctico y mas cómodo y a la vuelta da muchísimo menos trabajo. Si viajar ligeros de equipaje es práctico para viajar en coche en avión es imprescindible. Nosotros cinco a Londres nos fuimos con solo dos maletas de tamaño equipaje de mano y el bugaboo. Según las normas de la compañía lowcost con la que viajamos podíamos haber llevado otras tres maletas y tres bolsas de líquidos (una por niño) pero, ¿para qué?

Para mi cinco días de escapada implica: un pijama por persona, 5 prendas de ropa interior, 5 calcetines o medias o leotardos (nótese que he puesto o no y) 3 prendas de abajo, 5 de arriba, un par de zapatos (que llevaremos puestos) una prenda de abrigo, gorro y bufanda, que también llevaremos puesto. Si nos vamos a una zona cálida cambiamos gorro y bufanda por sombrero y pañuelo e incluimos unas chanclas en la maleta. Neceser de aseo reducido a la mínima expresión: cepillos de dientes, pasta y crema hidratante, mi mini neceser de belleza ya te lo enseñé en instagram con productos tamaño muestra. La única diferencia desde que soy madre respecto al  equipaje es que incluyo un botiquín con nuestras medicinas básicas: apiretal, ventolín, tiritas, suero fisiológico, gasas y betadine. Viajar ligeros de equipaje no implica hacerlo sin las cosas que necesitamos pero debemos evaluar qué es de verdad importante o imprescindible en función de los días que vamos a pasar fuera de casa.

¿Qué pasa si surgen imprevistos, se nos cae un zumo encima o se nos mojan los zapatos etc? No pasa nada, todos los días no nos van a surgir imprevistos y podemos utilizar el resto de la ropa dos veces o el recuerdo del viaje pueden ser unos zapatos nuevos. Un truco que a nosotros nos funciona muy bien para evitar las manchas, es que el pijama de mis hijas pequeñas sea tipo chandal, de este modo si estamos de hotel pueden bajar a desayunar así vestidas cada día. En nuestra casa mis hijos comen solos desde muy pequeños, ya sabes baby led weaning y los líquidos siempre han sido los elementos mas problemáticos respecto a las manchas, que desayunen en pijama (además de utilizar babero o servilleta) funciona muy bien para que todos los días empiecen con la ropa limpia.

¿Cómo reaccionan los niños fuera de su entorno habitual? ¿y si no deja de llorar y me la lía todo el tiempo?

Una de las preguntas que mas se repite y que mas me sorprende. La inteligencia emocional es un valor fantástico para los niños pero los que primero debemos tener integrado ese concepto somos los padres. Ser empáticos, ser capaces a poner nombre a lo que sentimos nos ayudará a evitar reacciones producto de la frustración o la irritación personal así podremos vivir mas tranquilos y entender mejor a nuestros hijos, dentro y fuera de casa.

El llanto de los niños pequeños es una forma de comunicación y de nosotros depende entender lo que ocurre y tratar de darles soluciones, no hay diferencia entre hacerlo en casa o hacerlo estando de viaje, nosotros somos los mismos y nuestros hijos también ¿porqué habría de ser diferente entonces?

Para mi para vivir en familia de forma saludable es imprescindible grandes dosis de empatía.  Ningún niño llora, se enfada o necesita autoafirmarse por fastidiarnos y de nosotros depende tener la capacidad de que cada uno de nuestros hijos encuentre su sitio y vaya aprendiendo a autogestionar y entender sus sentimientos. Lo hijos no son máquinas a las que dar el botón de pause, tampoco son de nuestra propiedad y tienen que estar constantemente respondiendo a nuestros deseos o expectativas, como ya hemos visto son personas en periodos iniciales de maduración y aprendizaje.

Desde un punto de vista práctico, alquilar un apartamento en lugar de una habitación, puede ayudarnos a todos a estar un poco mas a nuestro aire, o que la habitación tenga una terraza para que los niños puedan acostarse si están cansados y eso no signifique que los adultos también tengan que ir a dormir. Referirnos al sitio donde nos alojamos como «nuestra casita de vacaciones» también puede ayudar a los niños a ubicarse ya que lo verbalizamos como un lugar seguro. Viajar juntos y tener toda la atención puesta unos en otros mientras descubrimos el mundo seguramente ayudará a que cada vez tengamos menos limitaciones o nos sintamos menos vulnerables con las diferentes reacciones de los niños.

¿Diferentes intereses un lastre para viajar?

Si desde pequeños todos entendemos que en casa todos somos importantes y todos tenemos nuestros gustos, encontraremos espacios y puntos en común para que haya momentos para disfrutar con cosas que nos gusten a todos. Momentos dedicados a los niños (o a cada uno de los niños) y momentos para los adultos (o para cada adulto). Evidentemente cuantos mas gustos en común tengamos mas sencillo resultará. Organizar los días que estemos de viaje para que todos tengamos nuestros momentos y explicar todas las veces que sean necesarias que todos somos igual de importantes hará que se integre perfectamente que al igual que uno quiere ir al parque, a visitar x museo, o ir a una juguetería, mamá tiene derecho a tomarse un café tranquila o papá a curiosear en esa tienda.

Antes de irnos compartiremos con nuestros hijos la información del viaje: vamos a ir en avión, en coche, en barco… Compartiremos las actividades que vamos a hacer: Vamos a caminar mucho, vamos a estar mucho en la playa, etc. y también podemos explicarles la información que hemos encontrado del lugar para saber que tipo de actividades les apetecen más. Por supuesto les explicaremos los lugares que tenemos ganas de conocer, las actividades que pensamos que son ilusionantes para todos y dividiremos los planes en diferentes días. Tener un itinerario nos ayuda a todos a situarnos, a veces funciona mejor hacer aquello que tu hijo prefiere lo primero para que no se pase todo el día esperando impaciente y repitiendo «cuando vamos a» y otras veces ponerlo al final para que sea el aliciente del día.

Para los momentos mas aburridos podemos llevar tentempiés, algún pequeño juguete sorpresa que nos coja en el bolso, una libreta y unos colores pueden ser muy divertidos en un momento dado.  A veces un plano de la ciudad o pueblo o cualquier panfleto se convierte un objeto de diversión. Contarles aspectos curiosos de lo que están viendo, tus recuerdos si ya has visitado ese lugar funciona muy bien.  Para mi el aburrimiento y cansancio son las situaciones mas comunes que nos llevan a los conflictos familiares. A veces ante un «me aburro» basta con un «pues piensa» para que todo vuelva a la normalidad sobre todo cuando los niños van siendo mayores.  Espero que este recordatorio te ayude a disfrutar de los viajes con tus hijos.